miércoles, 7 de noviembre de 2007

"Sonrisas" un proyecto de la Asociacion de Educacion para la Salud ADEPS

"Sonrisas" es un proyecto de la Asociación de Educación para la Salud (ADEPS) del Hospital Clínico San Carlos donde, con el patrocinio de la Obra Social de Caja Madrid y el aval del propio centro hospitalario, las personas recien jubiladas puden realizar una gran labor ayudando a los demás. La creación de lazos de amistad y un incremento de la calidad de vida son sus objetivos.



Los especialistas coinciden en que hay muchas personas afectadas por la soledad. Diversos estudios reflejan que los sentimientos de aislamiento son un factor de riesgo para la salud.

La soledad puede agravar situaciones personales, empeorar las patologías depresivas, que tienen gran mayor incidencia entre las personas mayores, así como la evolución de otras enfermedades. El problema se agrava si se tiene en cuenta que no existe ninguna medicina que cure este mal.

Consciente de esta situación, la Asociación de Educación para la Salud (ADEPS), del Hospital Clínico de Madrid, ha tenido el ingenio de promover el Programa Sonrisas. El objetivo de esta iniciativa, en la que participan personas recientemente jubiladas, es mitigar la soledad. Los voluntarios realizan visitas a las personas con este problema y les ofrecen su compañía.

Amistad y calidad de vida
Con la puesta en marcha de programas de este tipo se favorece una mayor calidad de vida y bienestar personal. Los resultados son excelentes. Se ha comprobado que la sensación de soledad disminuye y, además, se consolidan verdaderas relaciones de amistad.

La ONG Asociación de Educación para la Salud (ADEPS) se fundó en el Servicio de Medicina Preventiva del mismo hospital en 1984. Aunque en un principio los usuarios de este programa son personas mayores del área sanitaria del hospital, puede beneficiarse de él cualquier mayor que lo solicite. Los beneficiarios son atendidos por personas jubiladas o cercanas a la jubilación del Hospital San Carlos.

El voluntariado: una gran labor
Convivir con los mayores es acompañarles, darles afecto, volcarse y prestarles ayuda. Es un trabajo muy satisfactorio, pero requiere aprendizaje y mucha paciencia. Por ello, todos los voluntarios que participan en este tipo de programas, reciben formación antes de iniciar las visitas a los correspondientes domicilios.

Es muy importante que antes de presentarse en una casa, conozcan algunos datos de las personas que viven en ella como la edad, el trabajo que han desempeñado, gustos y aficiones. De esta manera, es más fácil romper el hielo y entablar un mayor acercamiento.

Además, hay que añadir la formación continua que reciben un día al mes, en la que tratan temas de educación para la salud, considerando tanto sus aspectos físicos, psicológicos y sociales.

La sociedad reclama nuevos modos de vida
En ocasiones, estas experiencias implican adaptarse a lo desconocido dando lugar a situaciones nuevas. Los expertos aseguran que el hecho de adaptarse a los ritmos que la sociedad impone, es una actividad muy beneficiosa ya que hace que se activen procesos mentales de memoria, atención y percepción.

La mayoría de las personas que intervienen en este tipo de programas, definen la experiencia como algo que ha cambiado sus vidas a mejor, y que les ha enseñado a disfrutar de nuevas situaciones y experiencias.


Nerea Íñigo

Leido en:
http://www.mundogar.com/ideas/reportaje.asp?ID=9567&MEN_ID=7