jueves, 6 de septiembre de 2007

APADRINA BURRO Y TALLER PARA DISCAPACITADOS


La ONG Amiburro propone apadrinar burros y talleres con discapacitados con el fin de evitar la extinción del burro
MADRID, 3 (EUROPA PRESS)

La Asociación de Amigos del Burro (Amiburro) trabaja desde hace años en la finca de Soto de Viñuelas en Tres Cantos (Madrid) para conservar y promocionar entre los más jóvenes a este simpático animal, en peligro de extinción. Entre sus actividades con más éxito destaca los paseos a lomos de uno de estos equinos, el apadrinamiento de burros o los talleres con discapacitados psíquicos.
En declaraciones a Europa Press Televisión, el vicepresidente y secretario de Amiburro, Juan Aparicio, afirmó que los objetivos que motivaron la puesta en marcha de 'Burrolandia' fueron, principalmente, "la recuperación y cría del burro", junto a la posibilidad de valerse del carácter manso propio de estos animales para realizar actividades culturales y de ocio abiertas a cualquier tipo de público.
Otros dos de los creadores del proyecto, Aparicio y Dilfenio Romero, que se conocieron hace casi catorce años precisamente por su amor a los burros, explicaron que habían decidido "hacer algo por los burros" ante el peligro de perpetuidad de la especie. Comenzaron recogiendo una decena de ellos en los alrededores y en la actualidad suman 31 burros, algunos "rescatados, abandonados, otros criados y otros que siguen desde los inicios" en la finca.
El apadrinamiento de burros es de las actividades que "más aceptación tiene", según aseguró Dilfenio. La cuota es flexible y voluntaria y el padrino recibe "la historia del burrito, información periódica de la asociación" y tiene la posibilidad "de visitarle o unirse" activamente en la asociación.
"Es una forma de ayudar", comentó Aparicio, ya que, según aclaró, su trabajo "no está pagado", ni quieren; pero tienen que sufragar una serie de gastos importantes derivados de cuidar la finca y a los animales.
Según los fundadores de 'Burrolandia' , las personas cada vez están más concienciadas. "Hay domingos en los que se pueden juntar 300 o 400 personas", comentó Aparicio. Reciben apoyos y solicitudes de ayuda de toda España e "incluso de gente de Bélgica o Suiza", algo que contribuye a que se sientan orgullosos.
LOS NIÑOS, LOS VERDADEROS PROTAGONISTAS.
Desde planings concertados con los colegios, hasta celebraciones de cumpleaños como alternativa a "la hamburguesa típica", son algunas de las actividades que pueden hacerse en la finca de Tres Cantos.
Allí, niños de entre 3 y 12 años entran en contacto con el mundo del burro, "los cepillan, dan un paseo, cosas que en su día a día no hacen", explicó Aparicio. Además, se ofrecen actividades destinadas a niños discapacitados con los que se trabaja poco a poco "para que vayan cogiendo confianza".
Acompañada de niños acudió a Burrolandia hoy María, quien recordó haber visto hace años "muchos burros" en la zona y decidió "llevar a los nietos a que vean los burros y si se pueden montar les hacemos una foto". "La idea de este proyecto de proteger dicha especie le pareció muy positiva y merecida ya que "antes ya han trabajado mucho", añadió.
Carlos, que acudía con su mujer y su hija, encontró "una idea muy buena para gente de la ciudad". Para él, el contacto con los animales y conocer de cerca "el burrito español" fueron sus principales motivaciones para probar una forma distinta de pasar una mañana de domingo.