Tras el cambio de casa, Joaquín Mora lamenta que en ella tampoco se dan las condiciones para ser libre
La delegación de Vivienda arguye que las obras fueron supervisadas por un intermediario del Ceapat propuesto por el propio Joaquín. Él lo desmiente
Anuncia que está dispuesto a retomar la huelga de hambre
Joaquín Mora ante el ascensor de su nueva casa · Autor: Jocase
Hay situaciones en las que el sentido común se muestra como el más desdeñado de los sentidos, y en las que las barreras no desaparecen por el bloqueo al que esta facultad se ve tantas veces sometida.
La historia de Joaquín Mora, el discapacitado onubense que llevaba siete años sin poder salir de su domicilio, es la historia de las barreras del sentido común. A mediados del pasado mes de diciembre, Joaquín, su esposa y su hijo se trasladan a su nueva vivienda. Situada en la Plaza de los Bohemios, la Junta de Andalucía llevó a cabo las obras de acondicionamiento de un dúplex que serviría para dar forma a la permuta prometida. La aspiración de Joaquín Mora no era más que “recuperar la libertad, pero aquí tampoco puedo conseguirla”. Y es que el resultado del acondicionamiento no hace posible la libertad de Joaquín: Ni en el interior, ni en el exterior. En el interior, espacios acotados “por un ascensor excesivamente grande” que deja en nada al salón; la cocina, sin instalar, “sin un solo grifo, tenemos que fregar en el lavabo”; en la parte superior, habitaciones pequeñas e incómodas para la movilidad reducida de un hombre como Joaquín... Todo demasiado angosto: “es una cuestión que podría solucionarse con buena voluntad, buena fe y sentido común”, lamenta Mora.
Pero si en el interior los movimientos de Joaquín están reducidos, la opción del exterior hay que desecharla desde el principio; y es que la Plaza de los Bohemios no ofrece ningún tipo de acondicionamiento para la autonomía de personas en silla de ruedas. Ninguna rampa en un acerado demasiado alto y total ausencia de infraestructuras para personas con discapacidad: “¿Qué clase de libertad es ésta?”, se pregunta.
Así las cosas, Joaquín Mora y el Cermi (Comité Español de Representantes de Minusválidos), hicieron llegar dos cartas a Gabriel Cruz, delegado de Vivienda en Huelva, para hacerle saber la situación: “cartas que no han sido respondidas, y ante el silencio he tomado la decisión de volver a recurrir a los medios de comunicación”, explica un Joaquín Mora que asegura que si no se le ofrecen soluciones “volveré a ponerme en huelga de hambre, porque nada de lo que pedí me lo han dado”. Cuando estaba en su anterior domicilio a la espera de soluciones reales, Mora estuvo 18 días en huelga de hambre.
La versión de la Junta
Fuentes de la Junta de Andalucía, a través de la delegación de Vivienda en Huelva, dijeron a Viva Huelva que “de momento no tenemos nada que decir sobre este tema”, aunque sí que ofrecieron su versión del desarrollo de las obras de acondicionamiento del dúplex: estas fuentes aseguran que las obras fueron supervisadas por un intermediario del Ceapat (Centro Estatal de Autonomía Personal y Ayudas Técnicas) que fue propuesto por el propio Joaquín para que realizara el seguimiento de los trabajos. Ante esta versión de la Junta, Joaquín Mora y la administración vuelven a chocar. Y es que Mora asegura que este supervisor “fue propuesto por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte”, a la vez que asegura que para la elección del mismo “a mí no se me preguntó en ningún momento. No me han dado opción ni de opinar. ¿Cómo se atreven a decir eso?”, lamenta. Además asegura que Vivienda, a través de su abogado, José María Márquez le dijo que “una vez que estuviera dentro, pidiera las reformas necesarias”.
Mientras, Joaquín sigue preso en su propia casa y en lucha por una libertad que no debiera costar tanto.
Fuente
http://www.andaluciainformacion.es/portada/?a=24542&i=36&f=0
NOTA DE MARI
Aqui se demuestra lo que siempre estamos hartos de oír, acusaciones que lo unico que hacen es que nuestro amigo y compañero Joaquin viven todavia encarcelado, con esas acusaciones lo unico que demuestran que no saben admitir los fallos que tienen, sobre todo a la hora de comprender lo que significa ir en una silla de ruedas.
Desde aqui me gustaria decir a la Delegación de la Vivienda, que se suban a una silla y que se vayan a vivir por unos dias en las condiciones que el esta viviendo y despues opinen, si la quejas no son para que rápidamente se solucionen.
Desde aqui como del grupo estaremos apoyando cualquier campaña para que Joaquin tenga por una vez un piso acondicionado a sus necesidades y que se dejen la administracion de tirar acusaciones porque a los únicos que se le pueden acusar es a ellas por la falta de accesibilidad dentro del hogar de Joaquin.