Pablo Pineda, el primer europeo universitario con Síndrome de Down, y actor de 'Yo, también' señaló hoy que no es de su gusto el término 'discapacitado', ya que "todos somos discapacitados, pues siempre se tiene alguna carencia, algún sueño no conseguido", aunque añadió que "no es una cuestión de palabras sino de actitud".
"La discapacidad parece algo muy lejano a los jóvenes y han de pensar que las personas discapacitadas están ahí y que lo diferente es lo más rico", apuntó, en la presentación del III Congreso de Jóvenes con Valores 'Lo que de verdad importa', que arrancará mañana en Madrid.
Durante la jornada, un total de 2.000 jóvenes escucharán el testimonio de cuatro ponentes, Sharon Blynn, Pablo Pineda, Tim Guenard y Carl Honoré, que a través de "impactantes" vivencias "pretenden transmitir valores como el respeto, la superación, la tolerancia y el optimismo".
"Es importante hablar con los jóvenes en una edad a la que se están buscando a sí mismos, para contrarrestar la saturación de mensajes que les llegan de los medios", señaló la fundadora del movimiento 'Calvos es mejor', Sharon Blynn, que superó un cáncer de ovarios, y que creó el movimiento para ayudar a otras mujeres.
"Cuando enfermé sabía que iba a tener una profesora muy dura y muy fea pero que me iba a enseñar mucho, llamada cáncer", relató Blynn. Y añadió que "muchas mujeres dan más importancia a perder el pelo que al propio cáncer y, en realidad, eso no te hace más mujer".
Por su parte, el refrente del movimiento 'Slow movement', Carl Honoré aportó que "dar una visión amplia y fresca para los jóvenes es imprescindible", y se refirió a su movimiento como un valor positivo. "Vivimos en un mundo obsesionado por la rapidez, con el virus de la prisa y aunque parezca paradójico hablar de lentitud en los jóvenes, tan llenos de energía, también necesitan momentos de tranquilidad para conocerse a sí mismos".
Así, Honoré explicó que el punto de inflexión en su vida, fue cuando se percató de que era "un correcaminos" y de que, cuando leía cuentos a su hijo, "saltaba párrafos e incluso páginas enteras para acabar antes" y se unió "a la contracorriente, a la desaceleración".
Por último, el conferenciante Tim Guenard, maltratado por sus padres cuando era un niño, que pasó años hospitalizado, y más tarde, vivió en la cárcel para menores, aseguró que "aunque uno empiece mal en la vida, no tiene por qué acabar mal, pues las vidas no se reproducen como un objeto".
"Una vez una paciente de un hospital grabó una de mis conferencias para que le reconfortara y me pidió que escribiera un libro, y cuando lo hice, una niña se me acercó y me dijo que su padre había parado de beber y de pegarles desde que leyó el testimonio", concluyó.
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