foto ALCER
El 17 por ciento de los familiares españoles se niega a que los órganos del fallecido sean donados, a pesar de que en muchas ocasiones no sabían con certeza cuál hubiera sido la voluntad del difunto, según informan especialistas de la Asociación para la Lucha Contra las Enfermedades Renales (ALCER).
Con motivo de la celebración este miércoles del Día Mundial del Donante, ALCER ha lanzado una campaña informativa en la que pide a la población que mantenga una conversación "de un minuto" con sus familiares para dejar claro "si se quiere ser donante, o no". En este sentido, desde la asociación explican que las llamadas "negativas familiares" suelen estar motivadas por la angustia del momento, que se une a no saber cuál era el deseo del fallecido sobre donar sus órganos.
Según el presidente de ALCER, Alejandro Toledo, "no cuesta nada dedicar un día unos minutos a dejar claro si se quiere, o no, ser donante. Hay que perder el miedo a hablar de este tema y pensar que ese minuto de conversación pueden acabar siendo muchos años de vida para una persona".
A este respecto, ser portador de la tarjeta de donante permite a médicos y familiares estar informado de la voluntad del fallecido, pero esta tarjeta no es "decisiva", recuerdan. Según la normativa vigente, la tarjeta de donante es una "intención" que debe ser corroborada por la familia. No obstante, "está comprobado" que, ante la presencia de la tarjeta de donante, "pocas familias" se niegan a contravenir la voluntad del fallecido.
Por otra parte, desde ALCER subrayan que la donación en vivo es una realidad hasta ahora "poco potenciada" en España, a pesar de que actualmente constituye "la mejor solución" para compensar la disminución de donaciones de órganos procedentes de accidentes de tráfico. En 2009 se realizaron 235 trasplantes renales de este tipo, aunque sólo representa el 10 por ciento del total. Estas donaciones se realizan mayoritariamente de padres a hijos (45%), entre cónyuges (31%), hermanos (16%) y de hijos a padres (4%).
fuente
http://www.europapress.es/
Con motivo de la celebración este miércoles del Día Mundial del Donante, ALCER ha lanzado una campaña informativa en la que pide a la población que mantenga una conversación "de un minuto" con sus familiares para dejar claro "si se quiere ser donante, o no". En este sentido, desde la asociación explican que las llamadas "negativas familiares" suelen estar motivadas por la angustia del momento, que se une a no saber cuál era el deseo del fallecido sobre donar sus órganos.
Según el presidente de ALCER, Alejandro Toledo, "no cuesta nada dedicar un día unos minutos a dejar claro si se quiere, o no, ser donante. Hay que perder el miedo a hablar de este tema y pensar que ese minuto de conversación pueden acabar siendo muchos años de vida para una persona".
A este respecto, ser portador de la tarjeta de donante permite a médicos y familiares estar informado de la voluntad del fallecido, pero esta tarjeta no es "decisiva", recuerdan. Según la normativa vigente, la tarjeta de donante es una "intención" que debe ser corroborada por la familia. No obstante, "está comprobado" que, ante la presencia de la tarjeta de donante, "pocas familias" se niegan a contravenir la voluntad del fallecido.
Por otra parte, desde ALCER subrayan que la donación en vivo es una realidad hasta ahora "poco potenciada" en España, a pesar de que actualmente constituye "la mejor solución" para compensar la disminución de donaciones de órganos procedentes de accidentes de tráfico. En 2009 se realizaron 235 trasplantes renales de este tipo, aunque sólo representa el 10 por ciento del total. Estas donaciones se realizan mayoritariamente de padres a hijos (45%), entre cónyuges (31%), hermanos (16%) y de hijos a padres (4%).
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