¿Sin techo, indigentes? La importancia del lenguaje

Cáritas cifra en 30.000 el número de personas sin hogar en España.

Día a día nos cruzamos con ellos. Están en todas las ciudades. Sobre los sin techo los estereotipos dictan que son personas que lo han perdido todo, que no tienen un hogar, que viven desconectadas de su entorno, que carecen de redes sociales y sufren una baja autoestima.

Pero a pesar de ser protagonistas de muchas informaciones de los medios de comunicación, en pocas ocasiones son la fuente informativa. Se habla de ellos, pero sin ellos, fomentando en muchos casos ideas erróneas que se transmiten con un lenguaje que puede ser peyorativo y ofender.

Para dar visibilidad a este colectivo y acabar con los prejuicios de la sociedad es necesario dar un salto cualitativo. En España, según datos de Cáritas, el número de personas sin hogar asciende a 30.000. Humanizar a cada una de ellas es misión de los medios.

Una guía de estilo
Con este objetivo, la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social en el Estado Español (EAPN) ha presentado la 'Guía de Estilo para Periodista: Mira a las Personas son Hogar', una herramienta dirigida a los profesionales de la comunicación para "dar una visión más real y menos estereotipada de uno de los principales grupos excluidos que viven en España", ha explicado Marta Múgica, responsable de Comunicación en España de la Comisión Europea.

Este documento, a través de una serie de consejos, pretende que los medios faciliten la integración social del colectivo ofreciendo una información de calidad. Para ello apuntan que es esencial explicar las causas de su situación, hablar con ellos, comprobar las dificultades a las que se enfrentan y dar cabida a aspectos positivos y normalizadores.

Dejar a un lado los términos peyorativos como 'indigente', 'mendigo' o 'vagabundo', que contienen los prejuicios que les ha atribuido la sociedad, y utilizar términos como 'sin hogar' o 'sin techo' contribuyen a describir de modo adecuado la realidad del colectivo sin caer en falsos estereotipos.

Fuente

http://www.elmundo.es/