Un mes después del inicio de las inundaciones en Pakistán, al menos 2,4 millones de niños menores de cinco años aún no han recibido ayuda alimentaria que necesitan desesperadamente, según ha asegurado este miércoles la ONG Save the Children.
Mientras el viceprimer ministro británico, Nick Clegg, llega a Sukkur, en el sur del país, esta ONG advierte de que sólo se ha podido llegar al 20 por ciento de los que han abandonado sus casas debido a la gran escala de la crisis y a los desafíos logísticos que implican llegar a tantas personas, mientras decenas de miles de personas permanecen aisladas y sin que se les pueda entregar ayuda debido al elevado nivel del agua.
El director de emergencias de Save the Children, Gareth Owen, que está actualmente en Pakistán, ha señalado que "en uno de los campamentos donde trabajamos, casi la mitad de los niños con quienes nos encontramos sufría enfermedades debido a la falta de alimentos y de agua potable".
"En los campamentos abarrotados rodeados de agua sucia, la enfermedad se está difundiendo con rapidez. Sabemos que la malnutrición hace que un niño sea más susceptible a contraer enfermedades y también que muchas enfermedades impiden la absorción de nutrientes esenciales que pueden causar malnutrición, creando una espiral descendente", ha asegurado.
Asimismo, ha añadido que "Save the Children tiene a más de 500 personas respondiendo a la emergencia en 17 distritos, y tememos que la situación sea igualmente mala para los jóvenes en toda la zona inundada", indicó. "Si los niños ya están gravemente malnutridos después de sólo un mes, la situación en dos o tres meses será probablemente devastadora".
La diarrea, las enfermedades respiratorias agudas y las enfermedades ya están extendidas entre los millones de niños obligados a huir de sus casas. Las familias viven en condiciones miserables, viven junto a sus animales en campamentos creados a lo largo de las carreteras.
Se estima que 20 millones de personas se han visto obligadas a desplazarse y están en necesidad de apoyo urgente. Esta ONG estima que al menos 3,5 millones de menores están en alto riesgo de contraer enfermedades que se difunden por el agua como diarrea, disentería y fiebres tifoideas.
Tambiés se estima que unas 100.000 mujeres darán a luz este mes en las zonas inundadas, lo que conlleva riesgos extremos para los recién nacidos, especialmente durante sus primeros días, si no están en un ambiente seguro y limpio.
"Estamos trabajando tan duro como podemos y tan rápido como podemos para llegar a los menores que tienen una necesidad desesperada de alimentos, refugio y cuidado médico", señaló Owen. "Pero mientras las aguas retroceden, el número de familias que necesitan apoyo urgente sólo crece. Esta crisis empeorará dramáticamente antes de que pueda empezar a mejorar", ha concluido.
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