miércoles, 11 de julio de 2007
¿Pasa Ud. por la puerta de atras?
Este articulo esta escrito por Raul Lopez de Malaga y expuesto por nuestra amiga y compañera Mariola Rueda para que lo podamos leer todos.
02:54 La puerta de atrás. Menos mal que existe. Porque no en todos los sitios disponemos de esta posibilidad que, al menos, permite acceder a multitud de establecimientos, aunque sea de forma velada. El mundo de la discapacidad pasa casi siempre de esta forma, por la puerta de atrás, sin llamar la atención. La mayoría de las veces, y es de reconocer, sucede por la desinformació n e ignorancia sobre estos aspectos.
Pero no son formas. Las personas con discapacidad y, en este caso, las personas con movilidad reducida no quieren entrar por la puerta de atrás de los establecimientos; no quieren que sus vidas circulen por caminos alternativos, diseñados exclusivamente para ellos.
Quieren, y queremos, acceder por la puerta principal y que, sin gritar, nuestras voces lleguen al rincón más inaccesible.
No queremos que nos miren por lo que no podemos hacer. No queremos que nos susurren al oído, que nos lean en voz alta lo que no podemos ver o que nos hagan volar por tramos de escaleras interminables.
Somos como todos: queremos que se nos vea así y mientras que tengamos que pasar de puntillas, sin ser oídos y apenas vistos por una puerta de atrás no tendremos la oportunidad de mostrarnos como somos.
Porque queremos demostrar, sin necesidad de evaluación, que podemos hacer las cosas, que queremos, al menos, la opción de competir en igualdad de oportunidades.
Y mira, si no valemos, pues entonces que nos quiten, o mejor que quiten a quien no vale, a quien no produce, a quien no lucha, como ocurre con el resto de la sociedad.
Mantengamos una relación de confianza inicial, como unos recién enamorados, porque cuando queremos a alguien, cuando queremos que forme parte de nuestra vida no se nos ocurre desconfiar ni creernos estereotipos basados en mentiras.
La diversidad, en cualquiera de los modos que la entendamos, está en la sociedad y debemos hacer lo posible, lo imposible y lo impensable para dotar de derechos a quien injustamente y a lo largo de la historia se les ha negado.
Entrar por la puerta principal no es más que una señal de normalización, una señal de inteligencia, que demuestra que el diseño universal se impone ante la discriminació n que ocasiona la sectorización de cualquier acto.
Tratar como desiguales a quien no lo es sólo produce alejamiento y fomento de una incultura a la que no queremos aspirar.
Contribuyamos entre todos a la Capitalidad Cultural 2016 de Málaga, no sólo aplicando la deseada igualdad, sino dando ejemplo.
Discriminando no a quien sufre diversidad, sino a quien de forma injusta limita e impide el acceso a quien pretende, a veces con mucho esfuerzo, acceder a donde se siente invitado sólo por el hecho de ser ciudadano de ésta, nuestra ciudad
Raul Lopez