Adolf D. Ratzka, licenciado en sociología y psicología y doctor en economía, dirige l’Instituto de Vida Independiente en Suecia. Usa ventilación artificial, va con silla de ruedas y gracias a un asistente personal trabaja y hace conferencias en cualquier parte del mundo por defender que todo el mundo pueda vivir en casa. Además’d investigar la desinstitucionalització de la gente grande y discapacitada y los sistemas d’ayuda, usted conoce la situación de las personas con discapacidad a los diferentes países d’Europa. Como valora la situación en Catalunya? Como turista, por el que conozco, estoy impresionado por’l accesibilidad de Barcelona, que es una de las ciudades más accesibles d’Europa. Es destacable el trabajo de Francesc Aragall y d’otras, que empezaron a hacerla accesible a los 60, mucho antes de los Juegos Olímpicos. Barcelona es accesible con estilo. También m’ha parecido que los transportes públicos están fuerza bien, y hay edificios, como el nuevo de l’ONCE, muy bien condicionados... El que no sé como está son las viviendas. Sí que sé que mucha gente como yo deben vivir en residencias, a menudo en contra de su voluntad, porque no hay otras opciones, y me parece inaceptable. Des’d aquí, en cuestiones de mejoras sociales siempre nos emmirallem con el norte. Qué hemos’d aprender de Suecia, por ejemplo? Hemos’d entender que la discapacidad en sí no es el problema, sino la política y las actitudes de la sociedad, que determinan como una persona se puede independizar de la familia. Una persona con discapacidad que vive en Barcelona depende más de los familiares que no paso si con la misma discapacidad vivo en Estocolmo, porque allá tenemos servicios y ayudas de l’Estado por pagar nuestros asistentes personales. Esto no existe aquí, sólo hay proyectos piloto. Somos en’l año europeo de la igualdad d’oportunidades, una igualdad que en realidad no existe. ¿La llave para esta igualdad está en’l asistente personal? Sí, y también en las viviendas accesibles. Con estas dos condiciones se podría independizar mucha más gente. Pero el más increíble es que el gobierno pone límites. Las personas como yo que viven en Catalunya tienen más limitaciones por la ley y la falta d’interés de los políticos que no paso por las que los impone su cuerpo. S’acaban d’aprobar la ley de la dependencia y la de servicios sociales. Teóricamente, son mejoras para las personas discapacitadas... La ley de la dependencia ya tiene un título muy indicativo: dependencia; no habla d’independencia. Para una persona que está enchironada en una residencia se pagan 2.500 euros mensuales, mientras que si quiere vivir a casa son 780. Quiere decir que l’Estado continúa apostando por las residencias, la dependencia, y no por la independencia. No ve nada de bono, en las leyes? Sé que es la primera vez que se reconocen unos derechos por ley y que se habla de l’asistente personal. Apenas es un comienzo. Un buen comienzo? Priorizando las residencias y la dependencia no’s adelanta: se mantiene el viejo estilo, el pensamiento antiguo, que es ponernos fuera de la comunidad, cuidarnos allá, como niños pequeños, y no integrarnos. Tenernos en lugares dónde no podemos desarrollar nuestro potencial como seres humanos, ni crecer como personas, ni trabajar, ni formar una familia..., es inaceptable. ¿en Suecia lo tienen solucionado d’otra manera? en Suecia no tenemos residencias. Tenemos sistemas por reformar y hacer accesibles las viviendas –más del 10% de las casas son accesibles para personas que van en silla de ruedas– y una ley del 1994 que da ayudas a las 14.000 personas que necesitamos un asistente personal por hacer vida normal. Paga una parte de su asistente? No. No tenemos el menor asomo de copagament. Este es otro error de la ley de la dependencia: el copagament, que es como hacer pagar otro impuesto. Como que tengo una gran discapacidad debo pagar más. No hay derecho. L’otro día, hablando con catalanes, los decía precisamente que nunca podré trasladarme en España con mi familia porque no encontraría ninguna ventaja. Mi mujer y yo no podríamos ganar lo suficiente dinero por pagar los servicios que yo necesito. En nuestro caso, la idea europea del movimiento libre de productos y mano d’obra es sólo una ilusión. en Catalunya s’han hecho estudios y la gente dependiente a menudo s’estima más quedarse a casa. Pero l’administración dice que es muy caro. Debemos empezar por romper la cultura de la dependencia: aumentar el número d’viviendas accesibles, aumentar las ayudas y eliminar el copagament. Son tres elementos básicos. Ha empezado alabando la Barcelona turística, pero reconoce que no’s podría quedar a vivir... Como turista se puede vivir un tiempo aquí, pero permanentemente es imposible, según el que m’explican las personas que están en la misma situación que yo. También he visto la película Mar adentro y dice muy, porque si Ramon Sampedro hubiera vivido en Suecia, me parece que no habría tenido tanta urgencia por matarse. Si hubiera tenido un asistente personal y una vivienda en condiciones por hacer su vida no habría debido depender de la familia de su hermano y habría tenido más opciones por triar. Hace unos días l’expresidente Pasqual Maragall hizo público que sufre un principio d’Alzheimer... Lo leí al diario. El peligro es que l’ayuda que anunció se focalice sólo en los aspectos médicos de la enfermedad y no en los sociales. Como ciudadanos tenemos el derecho de seguir viviendo e integrarnos a la comunidad, no tenemos por qué quedarnos fuera. Es muy simple: somos ciudadanos en primer plan, como todo el mundo. No somos pacientes, somos ciudadanos.
http://www.avui.cat/article/tec_ciencia/10867/%E2809Cprioritzant/residencies/no/savanca/es/mante/vell/estil%E2809D.html